España tiene todo tipo de citas con las urnas: generales, autonómicas y locales, además de las sindicales, universitarias, y demás.
El pasado 28 de mayo se celebraron las elecciones a los ayuntamientos de todas las localidades de España, así como a algunas comunidades autónomas. Dados los resultados de ese superdomingo electoral, adversos para el partido gobernante, el PSOE, el presidente del Gobierno convocó elecciones generales para el próximo 23 de julio.
Pero además, se habían realizado elecciones autonómicas hace 2 años en Madrid, y hace un año en Castilla y León. Estas fueron provocadas por las divergencias entre el ahora casi desaparecido partido Ciudadanos y el Partido Popular.
Discurso nacional más que local
El Partido Socialista, cuyo mandatario y secretario General, es el actual presidente del gobierno, convocó elecciones tras la amplia derrota sufrida ante el Partido Popular, que arrebató gobiernos autonómicos y ayuntamientos de larga trayectoria socialista, como el caso de Sevilla o de Extremadura.
Pedro Sánchez ha dado este paso, a pesar de haber repetido por activa y por pasiva que no adelantaría elecciones, previstas inicialmente para diciembre. Es importante señalar que en el segundo semestre del año el país va a ostentar la presidencia de la UE, entorno en el que el mandatario español se mueve de forma más cómoda que en la política local.
Tanto el Partido Popular como el PSOE han establecido las elecciones municipales y autonómicas como un plebiscito y como una primera vuelta electoral. De hecho, el debate ha sido siempre de carácter nacional, dejando de lado los problemas locales, los más cercanos al ciudadano. Los temas estrella han sido la presencia de terroristas de la banda ETA en algunas listas electorales presentadas por Bildu, su heredero político. El segundo asunto han sido las compras de voto por correo en Melilla y otras localidades.
En consecuencia, los problemas y las propuestas de soluciones municipales y autonómicas como la vivienda, la sanidad, el tráfico, la contaminación, el urbanismo, los servicios o la cultura, han quedado en un segundo o tercer plano en el discurso dominante.
El motivo de las próximas elecciones generales del 23 de julio
Ante la sonada derrota del PSOE, con casi un millón de votos menos que el PP, las voces críticas dentro de los socialistas han surgido con fuerza. El acercamiento a Bildu, socio ocasional en el Parlamento central, no se ve de buena manera por dirigentes del partido en las diferentes Comunidades Autónomas. Asimismo, el hecho de que Pedro Sánchez haya protagonizado toda la campaña en lugar de permitir a los candidatos directamente en juego desplegar sus argumentos, ha tenido un peso negativo en la opinión de los políticos socialistas.
Sánchez se ha visto obligado a cortar de lleno un motín interno, y ha asumido su responsabilidad. Pero no ha dimitido, sino que ha convocado elecciones para que sean los ciudadanos los que decidan.
Existe en España la opinión generalizada de que es un verdadero suicidio por parte del presidente español enfrentarse a las urnas escasamente a dos meses tras una derrota tan severa. Otros hablan de cortar la euforia popular y cambiar así, su discurso ganador, que de otra manera se podía haber asentado durante los siguientes meses hasta las elecciones generales.
Otra posible motivación es que el Partido Popular va a tener que pactar con Vox, un partido de ultraderecha, necesario para poder formar algunos gobiernos locales en las próximas semanas. Estos pactos van a constituir un arma arrojadiza del PSOE contra el PP. De hecho, está previsto que Pedro Sánchez se presente en la campaña como salvaguarda del avance de Vox en España y su posible entrada en el gobierno.
Por último, otra causa es la de no permitir el ascenso de un nuevo partido político, SUMAR, a la izquierda del Partido Socialista. Este movimiento quiere unir a toda la izquierda española encabezada por la actual Vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. De hecho, este partido se ha legalizado en los últimos días de mayo. Es complicada así su futuro, teniendo en cuenta además su financiación y su comunicación, sin tener acceso a los debates electorales televisivos.
¿Qué se prevé?
Los analistas políticos preven una victoria para el Partido Popular, un ascenso de Vox, y un mal resultado de Podemos (actual socio del PSOE en el Gobierno). Aunque está prácticamente garantizado que este último se integre dentro de la plataforma SUMAR.
En cuanto al PSOE, se espera una bajada sensible del número de sus diputados. Su mensaje será en esta campaña el de aunar del voto útil como garantía de freno frente a la ultraderecha. Los pactos posteriores para llegar al gobierno serán complicados y dependerán de pocos escaños.
Por su parte, el PP, aún obteniendo la victoria electoral, necesitará a Vox, y posiblemente a algún partido más. Con la desaparición de Ciudadanos, su fiel escudero (principal motivo de su fallecimiento) no quedan muchos partidos dentro de su arco ideológico, exceptuando alguno de los nacionalistas como es el caso del PNV.
Sea como sea, la campaña electoral promete polémicas, discursos de posición, promesas y algún que otro disparate. Es decir, como todas las campañas en España.